Fuente: laprensadelrioja.com 25/02/2024
Texto: Francisco Díaz Yubero, Ingeniero Agrónomo, miembro de la Academia Riojana de Gastronomía
Yo conocí en los años cincuenta un bar de Madrid llamado LAS BRAVAS, que está en el callejón del gato (Álvarez Gato) que une la calle Núñez de Arce y la calle de la Cruz, en la proximidad de la plaza de Santa Ana. El dueño era José Blanco Zamorano, un tabernero procedente de Villarrubia de Santiago, pueblo productor de buenos vinos tintos, que se estableció a mediados de los años treinta en Madrid. Yo iba a comer las patatas bravas con un pariente que vivía en ese pueblo. En Madrid había muchos taberneros de origen manchego: Noblejas, Villarrubia de Santiago, Villatobas (el conocido sumiller de Zalacaín, Custodio Zamarra, es de Villatobas).
El callejón del gato, a pesar de no tener mucho más que una centena de metros, es famoso por un espejo cóncavo y otro convexo que deformaba la figura de los transeúntes. Son citados por Ramón María del Valle Inclán en Luces de Bohemia. Los espejos originales están en la actualidad dentro del establecimiento ‘LAS BRAVAS’.