Los dos vinos de Bodegas García de Lara, de Villarrubia de Santiago, han sido reconocidos recientemente con 90 y 89 puntos por la prestigiosa Guía Peñín 2021, una nota significativa.
La Guia Peñín es un juez exigente en cuanto a la calidad, origen y carácter de los vinos que examina, y en el caso de García de Lara llama la atención que han sido las dos las referencias de la bodega villarrubiera las que han conseguido tan buena puntuación, y más teniendo en cuenta la juventud del proyecto, que comenzó a dar sus primeros pasos en 2016.
A su vez, se da el hecho de que su vino La Viña de la Cueva Colorá Cencibel 2017 obtuvo una medalla de plata en el Concurso Internacional Bacchus 2020, uno de los certámenes más importantes del mundo y el único en España reconocido por la Organización Internacional de la Viña y el Vino, que se celebró del 5 al 9 de marzo en Madrid.
Este vino procede de una viña la variedad de uva cencibel o tempranillo plantada en el año 1960 en dos parcelas contiguas a Villarrubia de Santiago, plantados primero los pies americanos e injertada posteriormente en campo con material vegetal de viñas singulares de la zona, cultivada en secano en un terreno calizo con textura franco limosa.
Por lo que se refiere a su nota de cata, es de color cereza muy intenso y en nariz predominan los matices de fruta negra madura, donde los apuntes especiados y de la crianza se integran en el conjunto. En boca destaca el encuentro poderoso y rotundo, concentrado y carnoso, con paso de boca estructurado y bien armado por su tanino redondeado y elegante, y por su acidez media que permite que cada sorbo sea muy agradable.
Por otro lado, en la bodega muestran especial orgullo por su otro vino, Finca Villalobillos Airén Pie Franco 2019, que ha obtenido la puntuación más alta de un vino de la variedad Airen sin paso por barrica. «Es una demostración que el Airén, variedad típicamente manchega, cuando es tratada con respeto es capaz de producir vinos de calidad», afirma a ABC el responsable de la bodega, Miguel García de Lara. Este vino es de color amarillo pajizo, con aromas de manzana e hinojo sazonados y un toque silvestre, fiel reflejo de lo que este viñedo de pie franco es capaz de dar. La acidez le da viveza y su final deja un recuerdo amargo que invita a seguir bebiendo.
En opinión de García de Lara, «este nuevo reconocimiento conseguido por la bodega nos reafirma en el camino a seguir, apostando por una elaboración de calidad, respetuosa con la tierra y con nuestro entorno».
Fuente: abc.es
