Objetivo de elaborar vinos de calidad

La Bodega García de Lara es un pro­yecto familiar en marcha desde el año 2016, con el objetivo de elaborar vinos de calidad de las viñas de la fa­milia en Villarrubia de Santiago y en Corral de Almaguer.

Uno de sus responsables y direc­tor del proyecto, Miguel García de Lara, explica que «a pesar de tener plantadas en Villarrubia diferentes variedades de uva como tempranillo, merlot, cabernet sauvignon, petit verdot, moscatel de grano menu­do y viognier, decidimos empezar a elaborar con las viñas más viejas el airén de pie franco plantado por nues­tro abuelo en 1935 y el cencibel (tempranillo) plantado por nuestro padre, Jesús García Cobacho, en 1960 y an­tes de dedicarse a la política». Am­bos vinos se presentaron este pasa­do lunes en el establecimiento «Fournier Selección» de Toledo capital, con la asistencia también del distribuidor de los vi­nos, Ángel Segovia.


Ángel Segovia (izquierda) y Miguel García de Lara

La viña del que se ha obtenido el airén está en la finca familiar de Vi­llalobillos, situada en Corral de Almaguer, está plantada en pie franco en vaso, cultivada en secano y ven­dimiada de forma manual a finales del mes de septiembre de 2018. Tie­ne poca producción, en concreto 4.400 botellas, muy cuidada, con el objeti­vo de poner en valor la variedad ai­rén, típicamente manchega pero desgraciadamente bastante maltratada.

Desde la propiedad se destaca que, pese al arranque masivo de viñas vie­jas en La Mancha (y en toda España), esta viña ha sobrevivido plantada con su raíz directamente en la tierra, expresando algo que. para la escrito­ra británica experta en vinos Jancis Robinson, «producen algo que es úni­co y nos da una conexión directa con la historia y las generaciones que nos precedieron». Las 22 hectáreas plantadas en 1935 en Villalobilos descien­den de las cepas que sobrevivieron al gran desastre de la filoxera que de­vastó el viñedo europeo entre el si­glo XIX y el XX.

El vino tinto cencibel (tempranillo) 2017 está previsto sacarlo al mer­cado a finales de 2019. Procede de una sola parcela de 55 hectáreas plan­tada en 1960 y ha estado 13 meses en barrica (80% francés y 20% america­no). Se acaban de producir 5.600 bo­tellas (la viña tiene 6.000 cepas) de tipo borgoña que reposan en jaulo­nes hasta su etiquetado a finales de año. Es un vino de parcela del que solo saldrán cada año las botellas que dé la viña, con la filosofía de hacer un vino que refleje de dónde proviene.







Fuente: ABC Toledo

1 comentario:

  1. Enhorabuena, Miguel!! Cuánto me alegro q. Un proyecto con tanta ilusión comience ya a dar su tesoro desde vuestra bodega en Villarrubia, tierra de buenos vinos y tradiciones.

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